Algunos fioretti del anterior cónclave de la Misión, en 2013, que condujo a la elección del Papa Francisco.
En 2013, tras la dimisión de Benedicto XVI, me di cuenta de que la elección de un Papa, si era el resultado de una votación humana, la de los cardenales, debía más que ninguna otra elección estar inspirada por el Espíritu Santo. Cuando vi en Internet que se podía recibir el nombre de uno de los cardenales con el fin de rezar para que el Espíritu Santo le iluminara en su votación, pedí inmediatamente participar en estas oraciones. Recibí el nombre de un cardenal, un argentino, José Bergoglio. Lo busqué y recé. El 13 de marzo de 2013, mi hija, que trabajaba en su cuarto de servicio en la calle Montparnasse de París, me llamó: «Mamá, tenemos un nuevo Papa: todas las campanas de las iglesias a mi alrededor están sonando». Encendí la radio y poco después supe que el cardenal que había confiado al Espíritu Santo había sido elegido. Gran emoción, y una oración de acción de gracias. Durante los doce años que siguieron, tuve la sensación de que la elección de este Papa era algo muy bueno para la Iglesia y para el mundo, ¡así que estoy lista para empezar a rezar de nuevo por un cardenal!
Anne-Claude
«Cada uno de nosotros recibió a un cardenal en la oración. Entramos en Internet para ver su foto e informarnos sobre su país. Yo recibí al cardenal Bergoglio, de Argentina. Recé para que fuera elegido Papa, aunque mis padres siempre me decían: «No, sólo tienes que rezar para apoyarle en su votación». A última hora de la tarde del 13 de marzo, mientras esperábamos la fumata, dije: «¡La fumata será blanca y será el cardenal Bergoglio! Papá respondió: «¡No, Thérèse, no sueñes! A las 19.06, salió el humo blanco. Se oyó el nombre del cardenal que se había convertido en Papa y yo grité: «¡Es el mío! ¡Es mi cardenal de Buenos Aires! Mi abuela, que estaba allí esa noche, miró a mi padre asombrada y dijo: «¿Cómo sabe tu hija el nombre de este cardenal? ¡La Misión Cónclave fue genial!
Thérèse, 11 años y minusválida grave